Con la construcción de la nueva estación ferroviaria principal ‘Zaragoza Delicias’ en 2003, la capital aragonesa requería reconvertir la antigua (El Portillo) para ofrecer servicios de cercanías y media distancia, reurbanizando todo su entorno exterior.
La ejecución de las obras consistieron en la adecuación del entorno de la estación del Portillo realizando para ello los trabajos de movimiento de tierras, firmes, pavimentos, red de saneamiento y drenaje, red de abastecimiento, alumbrado público, jardinería, señalización, mobiliario y acabados.